EL CLUB DE LA MISERIA: Qué falla en los países más pobres del mundo
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Vivimos en un mundo globalizado, el Tercer Mundo está disminuyendo. Unas cinco mil millones de personas de las seis mil millones que habitan la tierra viven en países subdesarrollados. La mayoría de esos países han despegado hacia el auge económico como es el caso de China o India entre otros, los cuales se están convirtiendo en un destino fijo para inversores y en grandes competidores a nivel mundial. Así, unas cuatro mil millones de personas viven en un país que ha iniciado su camino al desarrollo. Pero, ¿qué pasa con los otros mil millones de personas que también componen el Tercer Mundo? En estos países, en estas personas son en las que se centra Paul Collier en este libro titulado “el Club de la Miseria” (“The Bottom Billion”) publicado en 2008.
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Estas mil millones de personas viven en economías estancadas, cada vez alejándose más del desarrollo. Son países (en su mayoría pertenecientes a África) sin comercio ni esperanza, son los que Collier denomina “El Club de la Miseria”. ¿Por qué no consiguen crecer? Estos países han caído en una o varias trampas que están impidiendo que se suban al “tren de la globalización”. El autor se centra en cuatro trampas: trampa del conflicto, de los recursos naturales, de carecer de salida al mar y malos vecinos y del mal gobierno. Si se superan, se plantea otro problema, la dificultad de incorporarse al desarrollo, a la economía mundial. La globalización, al igual que abre muchas puertas para la unión y el auge, las cierra para los que no son competidores. De esta manera, P. Collier propone y analiza una serie de medidas y los instrumentos necesarios para dar esperanza a estos países, darles vida.
A este gran problema hay que hacerle frente con una combinación de compasión y de propio interés. Compasión, ya que estas personas viven en sociedades hundidas e interés porque esta gran divergencia económica en el mundo tan globalizado afectará de lleno en un futuro a nuestro hijos (conferencia de P. Collier en 2008). Es necesario que el mundo sea consciente del problema, que actúe y que se involucre. No basta con remitirnos a las ayudas económicas que según el libro “El fin de la pobreza” de Sachs es la única solución, pues Collier argumenta que esta por sí sola no va a solucionar los problemas del club de la miseria y tampoco es aceptable pensar que la ayuda económica solo agrava el problema como lo refleja Easterly en su libro “La carga del hombre blanco”, pues el desentendimiento de los países ricos sobre los países más míseros en la actualidad tendrán consecuencias nefastas en un futuro. Por tanto se trata de “ponernos serios” y efectuar medidas realistas que de verdad resuelvan esta catástrofe humana actual. Así, es el mundo rico el que a través de leyes y normativas, ayuda, intervención militar y políticas comerciales consiga erradicar “el club de la miseria”. Es necesario que los países más desarrollados y por tanto con más poder en la actualidad empleen los instrumentos ya citados en estos países estudiando con detenimiento las trampas en las se encuentran sumergidos y empleando un instrumento u otro dependiendo de esta.
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Por tanto, si es tan sencillo como que los gobiernos de los países desarrollados promulguen normas internacionales y emplee los instrumentos, ¿por qué no se lleva a cabo? Tiene una simple razón: es más fácil realizar gestos de ayuda para estos países y engañar a la sociedad desinformada que de verdad involucrarse en el tema. Es por esto por lo que Paul Collier ha escrito el libro, para informar a los ciudadanos, para formar una masa crítica. Pretende que seamos nosotros los que presionemos al gobierno para que comiencen a llevar a cabo estas propuestas. No nos limitemos a ser simples espectadores de este desastre; no es un problema de esos mil millones de personas, sino del mundo entero. Es por esto que la presión que ejerzamos sobre nuestros gobiernos para que actúen es crucial para que las sociedades del “Club de la Miseria” comiencen a ver una luz al final del túnel.
